Snake on Sunlit Path with Billowing Cloth
Una tarde cualquiera, entre un daydream lleno de ternura y un paseo real por los canales de Winter Park, apareció una serpiente. No atacó, no habló… pero dijo todo. Este post es la historia de ese cruce simbólico: entre lo que imaginas, lo que temes y lo que estás lista para encarnar.

Mientras caminaba hacia un tour en los canales de Winter Park, Florida, tuve un momento de daydream:
Imaginé estar en el césped de un parque, jugando con Kai, mi compañero de alma de cuatro patas.
En mi mente, le pedía “dame la patica”, y él, con una ternura inmensa, me la entregaba, inclinándose ligeramente con sus orejitas hacia atrás y los ojitos llenos de amor.
En ese sueño, alguien pasaba cerca y sonreía, como si reconociera la belleza de ese instante.

Poco después, en la vida real, una serpiente negra cruzó la acera justo frente a mí.
Me detuve en seco, apreté los puños, y esperé sin miedo, solo sorprendida.
Un hombre desde su carro me vio, bajó la ventana y, sonriendo, me dijo:
“I saw that.”
Y yo, entre risas, respondí:
“You did — I was in shock.”

Ese cruce entre el sueño y la realidad no fue casualidad. Fue un mensaje.



Interpretación simbólica

El daydream mostraba un lugar seguro, lleno de amor, conexión y ternura.
La serpiente, en cambio, trajo el símbolo de la transformación, del llamado a estar presente en la tierra, en lo físico, en lo no controlado.

La serpiente representa cambio, instinto, vida que se mueve en lo invisible.
Su aparición justo después de un sueño tierno no fue una amenaza, sino una invitación:
“No solo sueñes lo que anhelas. Vive el cambio. Camina tu ternura en la vida real.”

Mi reacción —quedarme en presencia y no huir— fue parte del mensaje.
Y ese testigo que sonrió y dijo “I saw that” fue la confirmación:
“La vida te ve. Tu proceso es real. Y vas bien.”



Reflexión para quien lea esto

Si este post llega a ti, quizá también estás sintiendo ese cruce entre lo soñado y lo que la vida te está pidiendo encarnar.
No todos los cambios vienen con violencia.
Algunas transformaciones vienen suaves, como una serpiente que cruza sin atacarte, solo para recordarte que tu alma quiere más que imaginar: quiere habitar.

Confía.
Respira.
Y cuando algo cruce tu camino… míralo a los ojos, como quien ya sabe que no todo lo inesperado es amenaza.
A veces, es un puente.


🌊 Un mismo mensaje, dos lenguas, un solo corazón. → [Ver en inglés]

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